ANGELOLOGÍA
Te tiento a veces cuando engendro oraciones,
a solas en el zaguán se me extravían los ojos.
Imagino la túnica abierta de tu ángel.
Este ángel que se alimenta de gangrena
se encarna en las velas de mis nervios.
Este ángel me astilla los labios.
No tengo fuerzas,
he destilado toda mi sangre,
el ángel que tuve ayer rompió sus alas.
De sus arrullos sólo quedan demonios.
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