He vuelto a recodar el bálsamo
que me ahogaba bajo el sol,
ese perfume que un día llegó a fatigarme
descansa ahora a mi lado,
se han cerrado las puertas de la calle,
y en la alcoba enmudece
la ebanistería de su cintura,
con mis ojos en vigilia doy la vuelta al tiempo
en el que nuestras inexpertas ambiciones
olvidaron atrapar descadaras nubes.
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