Estamos a 10 de enero, así que han transcurrido 10 días de 2012. Puedo decir que este año aún no he estado en Zaragoza. Me hablado con mi madre y me ha contado que hoy hace frío en Zaragoza. Añoro el frío aunque no lo extraño.
Hace unos meses, creo que fue noviembre, un domingo con mucha niebla fuimos al rastro que ahora se ubica frente a la estación de tren. Allí encontré un libro Regionalismo, burguesía y cultura: Revista de Aragón (1900-1905) y Hermes(1917-1922), de José Carlos Mainer. Dentro de ese libro en la página 26 está el poema de José Antonio Labordeta:
Cuando el cierzo desciende y se alza la niebla,
toda la ciudad -mi Zaragoza amada- se cubre de palabras
que surgen del silencio hacia la nada.
Es entonces -el enorme Paseo
se hace suave y hermoso- cuando veo las cosas
como fueron: El niño, la explanada,
la vieja que vendía cacahuetes y almendras.
Pero cuando otra vez
el aire del Moncayo violentamente baja,
surgen los comerciantes
en paños y en alhajas
aupando el tono sabio
que viene a hablar del alma.
¡Ay mi ciudad
con tantos pedestales
cubiertos de anóminas palabras!:
¿A dónde te diriges?
Sólo tu espesa niebla
permite ver las cosas
igual que se veían en la infancia.
J.A. Labordeta
Zaragoza tiene algo especial... un saludo, Ana!
ResponderEliminar¿Has vuelto ya? Zaragoza te añora;-)
ResponderEliminarSeguramente iré el 18 de marzo, pero sólo de visita.
EliminarBuenas,
ResponderEliminarhemos leído tu blog, y nos gustaria que te unieras a nuestro proyecto de literatura en la red social Publize.
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Saludos
las letras, como los vientos, llegan sin ceñirse a leyes preescritas.
ResponderEliminarHo aterrizo en esta página y siento cómo parte de mi corazón se ensancha!!
saludos